Desde hoy y hasta el próximo día 26 de noviembre la obra social de CajaGRANADA celebra en su sede el segundo ciclo de talleres formativos. Bajo el titulo ‘La violencia en la sociedad del siglo XXI’, esta propuesta ofrece diferentes conferencias y talleres que abordan la problemática de la violencia desde un punto de vista académico y profesional. Hoy bandas callejeras: muchas no violentas, otras tantas de origen español y ninguna en Granada, según el ponente.
La ponencia inaugural ha corrido a cargo de José Carlos Díaz Trigo, director adjunto del Centro de Inteligencia contra el crimen organizado, quien ha desmenuzado el complicado mundo de las tribus urbanas con origen en Latinoamérica y su incidencia cada vez mayor en la sociedad española. “Cuando hablamos de tribus urbanas, generalmente se habla de inmigración, pero en ningún caso bajo términos xenófobos”, ha matizado Díaz Trigo, que también ha incidido en el dato de que muchas de estas bandas son de origen nacional.
Ñetas y Latin Kings han sido los ejemplos más utilizados por el coronel de la Guardia Civil, bandas que tienen su presencia probada en España pero no en Granada, en donde “no hay conocimiento de un grupo en concreto. Esta ciudad no se distingue precisamente por su violencia, más bien por todo lo contrario”, ha expresado Díaz Trigo antes del inicio de la conferencia.
Durante más de hora y media, se ha puesto de manifiesto como actualmente en España este tipo de bandas o tribus urbanas no tienen una presencia destacada y, salvo casos puntuales, no suelen mostrar signos externos de violencia, algo que no ocurre en los países al otro lado del atlántico, en donde pueden llegar a ser un problema de seguridad nacional. Es el caso de Honduras, que cuenta con la tasa más alta del mundo de delincuencia por bandas callejeras, un dato que se traduce en más de 3.000 muertos al año sólo en ese país. Aún a pesar de la fuerte legislación en contra de estas organizaciones, el país sudamericano no consigue rebajar la cifra de asesinatos, y se cuentan en más de 100.000 los integrantes de este tipo de bandas, un número sensacionalmente elevado si se tiene en cuenta que el país no llega al millón y medio de habitantes.
El fenómeno de las tribus urbanas es originario de Estados Unidos, concretamente de ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, cuyos flujos de inmigración favorecen el crecimiento de ghettos, barrios con una importante población de origen étnico –en su mayor parte extranjeros-, algo que ayuda a la aparición de brotes xenófobos. La necesidad de ‘protección’ en un entorno extraño para el inmigrante y el sentimiento de desarraigo hacia la sociedad que le acoge se antojan dos de las claves para que se desarrollen tribus urbanas, problemas que se unen al bajo nivel económico y de educación con el que se suele relacionar a los integrantes de estas bandas.
En cualquier caso, el coronel Díaz Trigo ha querido aclarar que en España no se han registrado problemas de envergadura con estas tribus urbanas, las cuales concentran su actividad principalmente en Barcelona y Madrid. Si bien es cierto que bandas de la misma ciudad y con orígenes similares han concurrido en más de un enfrentamiento entre ellas.
La ponencia inaugural ha corrido a cargo de José Carlos Díaz Trigo, director adjunto del Centro de Inteligencia contra el crimen organizado, quien ha desmenuzado el complicado mundo de las tribus urbanas con origen en Latinoamérica y su incidencia cada vez mayor en la sociedad española. “Cuando hablamos de tribus urbanas, generalmente se habla de inmigración, pero en ningún caso bajo términos xenófobos”, ha matizado Díaz Trigo, que también ha incidido en el dato de que muchas de estas bandas son de origen nacional.
Ñetas y Latin Kings han sido los ejemplos más utilizados por el coronel de la Guardia Civil, bandas que tienen su presencia probada en España pero no en Granada, en donde “no hay conocimiento de un grupo en concreto. Esta ciudad no se distingue precisamente por su violencia, más bien por todo lo contrario”, ha expresado Díaz Trigo antes del inicio de la conferencia.
Durante más de hora y media, se ha puesto de manifiesto como actualmente en España este tipo de bandas o tribus urbanas no tienen una presencia destacada y, salvo casos puntuales, no suelen mostrar signos externos de violencia, algo que no ocurre en los países al otro lado del atlántico, en donde pueden llegar a ser un problema de seguridad nacional. Es el caso de Honduras, que cuenta con la tasa más alta del mundo de delincuencia por bandas callejeras, un dato que se traduce en más de 3.000 muertos al año sólo en ese país. Aún a pesar de la fuerte legislación en contra de estas organizaciones, el país sudamericano no consigue rebajar la cifra de asesinatos, y se cuentan en más de 100.000 los integrantes de este tipo de bandas, un número sensacionalmente elevado si se tiene en cuenta que el país no llega al millón y medio de habitantes.
El fenómeno de las tribus urbanas es originario de Estados Unidos, concretamente de ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, cuyos flujos de inmigración favorecen el crecimiento de ghettos, barrios con una importante población de origen étnico –en su mayor parte extranjeros-, algo que ayuda a la aparición de brotes xenófobos. La necesidad de ‘protección’ en un entorno extraño para el inmigrante y el sentimiento de desarraigo hacia la sociedad que le acoge se antojan dos de las claves para que se desarrollen tribus urbanas, problemas que se unen al bajo nivel económico y de educación con el que se suele relacionar a los integrantes de estas bandas.
En cualquier caso, el coronel Díaz Trigo ha querido aclarar que en España no se han registrado problemas de envergadura con estas tribus urbanas, las cuales concentran su actividad principalmente en Barcelona y Madrid. Si bien es cierto que bandas de la misma ciudad y con orígenes similares han concurrido en más de un enfrentamiento entre ellas.
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